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16.7.11


Expongo el artículo que el periodista Alex Vicentes firma hoy en el diario Público, bajo el título "Aquí está el manifiesto postfotográfico". Un exposición concebida por Martin Parr y Joan Fontcuberta replantea el papel de la imagen en tiempos de internet.

Todos reciclamos, hacemos corta y pega, remixeamos y subimos contenidos. Podemos lograr que las imágenes hagan lo que sea. Sólo necesitamos un ojo, un cerebro, una cámara, un teléfono, un ordenador, un escáner, un punto de vista". Así empieza el manifiesto concebido por Martin Parr y Joan Fontcuberta para "From here on" (De aquí en adelante), exposición inaugurada en los Encuentros Fotográficos de Arles, festival que logra concentrar cada verano, desde hace más de seis décadas, a la plana mayor del oficio en la capital de la Camarga francesa.
¿De qué sirve la fotografía cuando todo se encuentra en Google imágenes? A partir de los trabajos de 36 participantes, los comisarios de la muestra exponen los cambios experimentados por la práctica fotográfica ante la saturación de imágenes que caracteriza nuestra época. Más que un creador en el sentido más tradicional del término, el artista que trabaja con la imagen empieza a adoptar el aspecto de un editor de contenidos. "Se convierte en prescriptor de sentidos, en alguien que asigna valor a las cosas y apunta qué quieren decir. El creador de hoy ya no mira el mundo. Mira lo que han mirado los demás", analiza Fontcuberta, teórico de la llamada posfotografía e impulsor de la exposición.
Imagen de Penélope Umbrico que ilustra el artículo del diario Público.

"From here on" recoge obras de artistas surgidos mayoritariamente de la escena amateur. Trabajan con material robado en redes sociales y buscadores de imágenes, que observan con distancia crítica y mirada sarcástica hasta dotarlo de un nuevo significado.
"Hasta ahora, han sido rechazados por el establishment, con la excusa de que no hacían arte de verdad. El objetivo de la exposición es reivindicar su amateurismo. El mundo ya está dominado por fotografías técnicamente mal hechas y captadas con un iPhone", apunta Martin Parr, que cita la Primavera Árabe como punto de inflexión definitivo. Fontcuberta lo secunda: "La fotografía deja de justificarse por sus calidades internas. Ideas como la composición y el instante decisivo desaparecen. También los grandes temas: la muerte, el tiempo y la memoria".

Savia nueva

El fenómeno no es ajeno a los cambios acontecidos en el resto de disciplinas durante el último siglo. El ready-made de Duchamp está a punto de convertirse en centenario. El collage y el fotomontaje ya no sorprenden a casi nadie, como tampoco el sampling y el remix en la música. En literatura, incluso se ha teorizado sobre el intertexto. Pero su equivalente fotográfico sigue molestando. En Arles, la exposición ha sido recibida "con una mezcla de entusiasmo y cabreo", según cuenta Fontcuberta.
"Tal vez, porque plantea una ruptura con maneras de hacer muy institucionalizadas. Por ejemplo, las que caracterizan el funcionamiento de los museos, tan reacios a profetizar, mucho más interesados en el pasado", opina el fotógrafo barcelonés.
"Cuando algo se presenta en un espacio institucional, el potencial de sorpresa, agitación y ruptura que debe tener el arte queda desactivado. Es nuestra obligación buscar savia nueva. Y, a menudo, la terminas encontrando en lugares no artísticos".
No es habitual que fotógrafos consagrados pierdan tiempo buscando en los márgenes. Y todavía menos que se exalten ante "el surtidor continuo de imágenes" derivado del acceso a las nuevas tecnologías, a menudo denunciadas por amenazar los privilegios de los que están en la cumbre."Se trata de una distinción superada. La división no es entre profesionales y amateurs, sino entre lo que tiene interés y lo que no. Es lo que está sucediendo en otras profesiones: existen blogs excelentes y periodistas perezosos",considera Parr, que asegura no sentirse amenazado por los imitadores que le crecen en internet. "No veo por qué debería. Mi posición es increíblemente cómoda. Todo el mundo es bienvenido a esta fiesta", concluye.

3 comentarios:

  1. Hola K-F C:
    Quería felicitarte por el blog: realmente resulta muy útil, en mi caso, a un amateur con ínfulas, que no tiene muchos espectadores en su entorno que empaticen con mis fotos; y comprobando al ver tus entradas que tenemos intereses estéticos afines, te invito a visitar mi blog, a ver que te parecen las imagenes que tengo colgadas por ahora.
    Gracias de nuevo por tu labor divulgativa.
    Un saludo.
    http:/javierperissabater.blogspot.com

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  2. Hola Javier:

    Agradezco tu visita y tus comentarios.

    Qué difícil eso de que los cercanos empaticen con las fotos... Pero bueno, no hay que desesperar. Supongo que lo importante es que esas fotos vayan dejando un rastro de nosotros mismos/as... O no. ¿Quién sabe?

    Te enlazo un poco más abajo para que todos/as podamos disfrutar de tu trabajo.

    ¡Saludos!
    KFC

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  3. Tienes razón: realmente lo primero es disfrutar con lo que hacemos. Pero a veces, cuando hago fotos, o mejor, después de pasar por el cuarto oscuro o por la tienda de revelado en el caso de las diapos, y contemplo el resultado, me siento como cuando terminas de leer un libro que te ha gustado y estas deseando comentar con alguien tus impresiones, compartir tu entusiasmo. Creo haber oído alguna vez aquello de que un placer compartido sabe mejor.

    Muy amable al linkearme

    Saludos

    PD. nuevamente muy interesante tu último post sobre las BN de Eggleston, uno de mis poetas de la caja oscura más revisitado.
    Conocía algunas, pero no puedo evitar la sensación de que son fotos de color llevadas a la escala de grises, quedándose algo por el camino.

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